El presente estudio exploró la temática relacionada a “la juventud y el ejercicio de derechos económicos y educativos de la juventud en la zona Metropolitana de La Paz (La Paz, El Alto, Viacha y Achocalla)”. El estudio plantea un análisis respecto a dos derechos fundamentales relacionados al empleo y educación, considerando que los mismos son parte de los compromisos asumidos por nuestro país en el marco del cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 (ODS) y que son las preocupaciones manifiestas por las familias y comunidades en la zona de intervención.
A través de un enfoque cuantitativo, se identificaron las barreras y desafíos que enfrentan los jóvenes cotidianamente para acceder a oportunidades de empleo y educación. A pesar de que existen leyes nacionales que garantizan estos derechos, el estudio revela que los índices de desempleo juvenil son elevados y que un grupo mayoritario trabaja en empleos informales, sin seguridad social y otros beneficios de corto y largo plazo. El estudio consideró los resultados de las encuestas aplicadas a 300 jóvenes, y muestra una distancia importante entre las políticas públicas y las condiciones reales que viven los jóvenes.
Los resultados revelan una alta tasa de desempleo juvenil (50%) y una significativa precariedad laboral, con una marcada desconexión entre la formación académica y las demandas del mercado. Se encontraron importantes desigualdades de género, observando que las mujeres jóvenes enfrentan mayores obstáculos para acceder al empleo formal y sufren una notoria brecha salarial. Asimismo, se evidenció una profunda desafección cívica, con un 60% de los jóvenes sintiéndose no representados por las políticas públicas y un 75% sin haber participado nunca en espacios de discusión. Se concluye que existen barreras estructurales que perpetúan un ciclo de vulnerabilidad, destacando la necesidad de políticas públicas integrales que mejoren la pertinencia educativa, promuevan la equidad de género y fomenten una participación juvenil efectiva.
A través de un enfoque cuantitativo, se identificaron las barreras y desafíos que enfrentan los jóvenes cotidianamente para acceder a oportunidades de empleo y educación. A pesar de que existen leyes nacionales que garantizan estos derechos, el estudio revela que los índices de desempleo juvenil son elevados y que un grupo mayoritario trabaja en empleos informales, sin seguridad social y otros beneficios de corto y largo plazo. El estudio consideró los resultados de las encuestas aplicadas a 300 jóvenes, y muestra una distancia importante entre las políticas públicas y las condiciones reales que viven los jóvenes.
Los resultados revelan una alta tasa de desempleo juvenil (50%) y una significativa precariedad laboral, con una marcada desconexión entre la formación académica y las demandas del mercado. Se encontraron importantes desigualdades de género, observando que las mujeres jóvenes enfrentan mayores obstáculos para acceder al empleo formal y sufren una notoria brecha salarial. Asimismo, se evidenció una profunda desafección cívica, con un 60% de los jóvenes sintiéndose no representados por las políticas públicas y un 75% sin haber participado nunca en espacios de discusión. Se concluye que existen barreras estructurales que perpetúan un ciclo de vulnerabilidad, destacando la necesidad de políticas públicas integrales que mejoren la pertinencia educativa, promuevan la equidad de género y fomenten una participación juvenil efectiva.